viernes, 29 de octubre de 2010

Y se fue...

Y así se fue uno de los personajes más influyentes en la última década de la Historia Argentina, sino el más influyente de todos. Una persona que asumió el poder con un porcentaje de votación menor al porcentaje de desempleo en ese entonces. Fue un líder político indiscutible, aquél que nos guió a los argentinos a través del fuego que estaba quemando el país hacia un lugar seguro, pudiendo luego hacer su papel de bombero y apagar el ardor. Ese hombre, se llamaba Néstor Kirchner.

No voy a hacer muy largo el pasaje en el cuál exponga las grandes cosas que hizo por Argentina, entre ellas podemos encontrar la constante lucha por los Derechos Humanos (castigar a los represores, descolgar sus cuadros, entregar un centro clandestino a una organización, luchar en contra de la discriminación tanto a indígenas, homosexuales y extranjeros); cambiar drásticamente el sentido de la política económica (excelente intervención estatal en la economía, fomentar el gasto público, fomentar el consumo, fortalecer la industria, promover el mercado interno, logrando así récords de producción industrial y agrícola, récord de divisas en las arcas, récord de consumo); una potente apuesta hacia la integración de los países latinoamericanos de la mano de Lula, Hugo Chávez, Fernando Lugo, Michele Bachelete, el presidente ecuatoriano Correa, logrando así plantarse ante el neoliberalismo yankee para decirle "acá no nos van a venir a patotear". Y no sólo se plantó al capitalismo norteamericano, sino también a la oligarquía del país que hasta este período había sido la conductora de nuestra Historia. Por último lo más importante fue haberle devuelto al pueblo lo suyo, haberle devuelto las esperanzas, haberle devuelto las ganas y haberle dado la oportunidad de salir adelante; cuando muy pocos se acordaron de ellos alguna vez.

Sin embargo, yo estoy agradecido personalmente con vos Néstor, no sólo por todo lo que mencioné antes; sino porque gracias a vos, a partir de mis 15 años de edad, logré salir de ese desinterés político en el cuál estaba sumido y empecé a lograr defender mis ideales personificados en vos. Hoy tengo 18 años, y puedo decir orgulloso "soy de la mierda oficialista y qué", a pesar de las numerosas críticas que reciba, a pesar de las numerosas personas que me contradigan en mis ideas, yo voy a seguir apoyando el modelo creado por vos. Despertaste en mí ese fervor constante que siento de querer luchar por mi país, de querer que salga adelante, de querer que se forma una patria de personas iguales, y hoy yo prometo, seguir luchando por tu causa.